En
el año 1013, el jefe bereber Zawi ben
Ziri se hacía con el control de los territorios que durante el Califato de
Córdoba habían integrado la Cora de Elvira. La muerte del caudillo Almanzor en 1002 había provocado el estallido de una
guerra civil de tres décadas que acabaría con la fragmentación de Al Andalus en
los denominados reinos de taifas. Zawi funda ese año y se proclama rey de este
nuevo reino que no conservó el antiguo nombre de la región, Elvira. La razón
fue el traslado de la capital, pasando de Medina Elvira al cercano y pequeño asentamiento que con el paso de
los años llegaría a ser una de las ciudades más pobladas de Europa, Medina
Garnata, que le dio nombre a partir de entonces.
Por
tanto, en el año que empieza en tan solo unos días se cumplen mil años de la
fundación de la Taifa Zirí que perduró 77 años hasta la invasión
de los Almorávides, lo que supuso su desaparición como estado independiente en 1090. No
se trata por tanto del reino nazarí de Granada, fundado en el año 1238 y que
podemos considerar el periodo más largo y de mayor esplendor para Granada bajo
el poder árabe hasta 1492 y luego castellano hasta 1833. Debemos diferenciar en
el tiempo estos dos reinos, pero también en el espacio, siendo diferente la
extensión y territorios ocupados por uno y otro. Su capital es el punto de
unión de ambos periodos, y también la idea entorno a la que creemos debería
girar la celebración, mil años de la capitalidad de Granada, que no de su
fundación como hemos visto en anteriores entradas (Florentia Iliberritana, El castillo del Granado, Rimmon Sefarad). Sin embargo es innegable que 1013 es una
fecha importante para la ciudad y el punto de inflexión a partir del cual comienza
a prosperar hasta convertirse en lo que hoy es.
El
descafeinado, oficialmente por las circunstancias que atravesamos, y mal
llamado Milenio del “Reino” de Granada es una ocasión para profundizar en
nuestra rica historia, pero sin olvidarnos de lo que hubo antes. Debe dolernos, y mucho, tener un Museo Arqueológico, que atesora gran cantidad de vestigios
del periodo romano, cerrado por unas obras de rehabilitación que “ni están ni
se las espera” en un futuro inmediato. Del mismo modo creemos que hubiera sido
el mejor homenaje a la Granada de hace mil años poner en valor los restos
arqueológicos de aquella época, la muralla zirí del Albayzín que sigue
esperando una restauración que nunca llega o el solar que ocupó el palacio de sus reyes, por poner dos ejemplos, son la cara oculta de esta celebración
que ofrece a nuestro juicio más sombras que luces. Pero, quedándonos con los
aspectos positivos de la efeméride, es de esperar que algunos de los actos
previstos para este 2013 que ahora comienza sirvan realmente para conocer y profundizar más en la historia de
la ciudad del granado.
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