No es casualidad, por tanto que sean estos los primeros “turistas” que recibió nuestra ciudad, fascinados por la magia de sus palacios árabes en una tierra que consideraban medio mora. Son numerosos los relatos de autores que sin siquiera conocerla en persona quedan encantados de lo que han oído de ella, es este el escenario en el que todo es posible. También el paisaje, la sierra de nieves perpetuas, los valles y ríos, la vegetación es a menudo evocada y ensalzada por estos. Naturaleza, arquitectura y arte forman la conjugación perfecta para el romántico. Relatos, pero también dibujos y grabados han servido para que la idílica imagen del palacio nazarí sea mundialmente conocida. En ellos se recrea a veces el pasado árabe de la ciudad, otras se plasman escenas costumbristas y cotidianas de los habitantes que en esa época vivían en la fortaleza. Todo ello también ha dado lugar a veces a tópicos o ha creado imágenes de Granada muy alejadas de la realidad, pero ese alejamiento precisamente es lo que estos artistas buscaban.
Los Hornajos, camino del pico Veleta
Entre el más de medio centenar de viajeros que conocieron Granada en esa época destacan importantes personajes de la literatura, la pintura, la política, etc. como Richard Ford, Alejandro Dumas, Hans Christian Andersen, Manuel Machado, Mariano Fortuny, David Roberts, José Zorrilla o Washington Irving entre otros. Sin duda este último es el que ha sido más relacionado con Granada a través de sus conocidísimos “Cuentos de la Alhambra”, obra que ha traspasado fronteras, traducido a multitud de idiomas y, en definitiva, hecho famosa en el mundo entero a la fortaleza roja. Con motivo de cumplirse ciento cincuenta años de su muerte inauguramos esta etiqueta bajo el epígrafe “El viajero romántico” para homenajear la figura de este diplomático, hispanista y escritor, pero sobre todo la de un enamorado de Granada.
Granada desde las riberas del rio Genil
David Roberts, 1835
Recomendado: La Alhambra que fascinó a los románticos, libro de Cristina Viñes Millet.
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