miércoles, 6 de mayo de 2009

El Deterioro de un Barrio


Pasear hoy por las viejas calles del Albaicin o Albayzin es adentrarse en la historia primitiva de la ciudad, en numerosas y a veces fantásticas leyendas; la cal de sus calles y el sonido del agua de sus fuentes invitan a la serenidad. Pasear por este barrio es encontrarse en cada metro andado nuevas emociones, una misma calle o cuesta por muchas veces que pasemos por ella siempre es distinta e incluso a veces la experiencia de nada sirve porque su peculiar trazado lo convierte en un verdadero laberinto, pero en este caso lo importante no es salir de él sino perderse aún más para descubrir la magia que envuelve este entorno. Pero también pasear por sus callejuelas es darse cuenta en lo que se ha convertido hoy en día el barrio, de asentamiento romano pasando por morada real y último cobijo de los moriscos granadinos ha pasado a ser sitio de continuo vandalismo y olvido. Si dicen que de la historia se aprende, este no es el caso. Un barrio que ya ha sido castigado en los últimos siglos con la demolición de sus edificaciones y entornos históricos, de construcciones nada acordes con su situación y del exilio de sus habitantes, sigue siendo hoy aún torturado. De nada sirve pasear por callejas encaladas cuando la pared es el blanco perfecto a un sinfín de antiestéticas pintadas groseras y “grafitis” que de nada son artísticos. De nada sirve admirar edificios con mil años de antigüedad que más bien parece la tapia de un barrio marginal. De nada sirve asomarse a la noche albaicinera a buscar paz cuando lo que se tiene es miedo a ser atracado y además con violencia. Y no es solo delincuencia de “a pie”, también hay que llamar delincuentes a quienes han permitido el descuido y deterioro de este tradicional y extenso vecindario, donde en otras ciudades seguro que sería mimado y convertido en joya y orgullo de lugareños.
Recordemos que el Albayzin es Patrimonio de la Humanidad otorgado por la UNESCO el 8 de septiembre de 1994, además de contar con numerosos Monumentos Nacionales y Bienes de Interés Cultural; por ello se hace más incomprensible su estado. Pero siempre quedará alguna esperanza de que el barrio recobre todo el esplendor que se merece y que se merecen los que tanto aman a ese puñado de calles, mientras tanto tenemos la suerte de que el Albayzin es bastante grande y todavía nos quedan lugares íntimos con los que regocijarnos.
Palacio de Dar Al-Horra
Acueducto hacia los Palacios Reales

Cuidado, aquí se atraca con violencia

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