El verso que pronunciara el poeta mejicano Francisco de Asís de Icaza al ver a un mendigo ciego tocando la guitarra es de sobra conocido, adorna multitud de recuerdos que los turistas se llevan de Granada. Pero últimamente no ha sido posible contemplar la placa de piedra que, colocada en un muro exterior de la torre de la Pólvora en el extremo Oeste del Jardín de los Adarves, recoge esta célebre frase ya que dicha torre ha estado cerrada por obras. La placa fue colocada en este lugar en los años cincuenta del siglo XX por iniciativa del entonces Director General de Bellas Artes, Antonio Gallego Burín.
Leídas estas líneas solo hará falta darse media vuelta y admirar la vista que ofrece la ciudad desde aquí para caer en la cuenta de que la frase no pudo ser más acertada y que el lugar era el idóneo para ubicarla. Porque ¿cuántas veces no somos nosotros mismo ciegos que no ven lo que tienen delante de los ojos?
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