domingo, 20 de enero de 2013

Por Fe y Justicia


“Después de setecientos años de dominación musulmana, dimos ambas (la Fe y la Justicia) estos pueblos a los Reyes Católicos: encerramos en este templo sus cuerpos y llevamos a los cielos sus almas, porque obraron con justicia y fe. Dimos por primer prelado a Fernando, modelo de sabiduría, costumbres y vida honesta”

Esta es la inscripción que se sitúa sobre el arco de medio punto de la Puerta del Perdón de la Catedral de Granada. Aparece en una cartela que sujetan las figuras alegóricas de la Fe y la Justicia situadas en las enjutas de dicho arco. Aquí las artes, en este caso la arquitectura y la escultura, sirven para transmitir un mensaje similar al del Oficio de la Toma de Granada de fray Hernando de Talavera, que ya vimos. Esta portada nos muestra en concreto los valores que motivaron a los Reyes Católicos para emprender la reconquista del reino granadino, incidiendo de nuevo en la idea de la intervención directa de Dios en el éxito de esta campaña.


Que este “mensaje” aparezca aquí y no en otro sitio tampoco es casual. Cuando Diego de Siloé traza las líneas que, una vez desechado el proyecto gótico de Enrique Egas, darán forma definitivamente a la Seo granadina, la Capilla Real ya está terminada y contiene los cuerpos de Isabel y Fernando. El acceso principal de esta quedó oculto en el interior de la nueva catedral que se construyó adosada. Siguiendo los ideales del Renacimiento, Siloé concibió una puerta que emula los arcos de triunfo romanos, situándola en línea recta con la de la Real Capilla. Servía por tanto, aparte de cómo acceso al recinto sagrado, como monumento en honor de los soberanos españoles. Tras la puerta  se abría una “avenida”, la nave del crucero catedralicio, que llevaba directamente  hasta el lugar donde descansan eternamente los Reyes Católicos. Pero no solo Isabel y Fernando eran exaltados, también lo era el Emperador Carlos cuya intención fue convertir la catedral granadina en su panteón, razón por la que veremos que a ambos lados de la portada aparecen los escudos de abuelos y nieto. Para que quien traspasara esta puerta recordara desde un principio la hazaña de aquellos soberanos, el maestro burgalés esculpió en la característica piedra de Santa Pudia proveniente de la localidad de Escúzar estas figuras femeninas que portan los atributos característicos de la fe, el cáliz, y de la justicia, la espada. Hoy en día aun nos hablan de nuestra propia historia cada vez que pasamos ante ellas por la vieja calle de la Cárcel.


 Hace referencia en último lugar la inscripción que corona el arco a “Fernado”, Hernando de Talavera, como primer arzobispo de la ciudad. Que su nombre aparezca unido al de los Reyes Católicos nos da idea del peso que esta figura tuvo en la corte de los primeros Reyes de España, sobre todo ante la reina Isabel de cuyo favor gozó hasta el fin de sus días, y en los primeros años de la Granada recristianizada.


Para saber más: recomendamos la magna obra titulada “El libro de la Catedral de Granada” de Lázaro Gila Medina, quizás el más completo de todos los estudios que se han realizado sobre el conjunto catedralicio granadino.

1 comentario:

Flor del Mercado dijo...

Hemos descubierto este blog a través de Por las calles de Granada, y nos encanta, así que también lo seguimos. Saludos :))