domingo, 14 de octubre de 2012

El Nuevo Reino de Granada

Mapa de Tierra Firme y Nuevo Reino de Granada y Popayán, 1680

Se lamenta Francisco de Paula Valladar, en un artículo con motivo de la visita a Granada de una representación de Universidades hispanoamericanas en 1924, del escaso interés que existía por los temas americanistas. Entre otras, se queja de que  no se lleve a efecto la solicitud de “dedicar una calle o plaza al descubridor de Nueva Granada, el granadino Jiménez de Quesada”. Pero, ¿quién era este conquistador?

Lo primero que hay que decir es que, entre las biografías consultadas, no hay unanimidad sobre si Gonzalo Ximénez de Quesada, nacido en 1506, lo fue en Granada o en Córdoba, de donde procedía su familia. El padre ejerció como abogado en ambas ciudades, pero se desconoce en qué año se trasladó a Granada. Si no de nacimiento, si fue Granada la ciudad en la que pasó buena parte de su juventud y a la que volvió en 1533 tras estudiar leyes en Salamanca. Durante dos años ejerció como abogado en la Real Audiencia, hasta que en 1535 se enrola para el nuevo mundo. Fray Pedro Simón lo describe como “de buena estatura, buen rostro, grave, cortesano con todos y bien acomplexionado”. Llega a la ciudad costera de Santa Marta (Colombia), de la que es nombrado teniente de Gobernador el diez de noviembre de 1535, con la misión de impartir justicia. Poco tiempo después, el Gobernador Pedro Fernández de Lugo le encarga dirigir la expedición que remontaría el rio Magdalena hasta encontrar sus cabeceras. Eran estos los años en que los conquistadores españoles perseguían mitos como la Sierra de la Plata, el Meta o el Dorado. En abril de 1537, llegó a la sabana de Bogotá, un fértil valle que al parecer le recordó a nuestra Vega. Sin prácticamente ninguna oposición de los nativos, en Noviembre de aquel año ya tenía bajo su control el Nuevo Reino de Granada, así llamado “por venir él de este otro reino de Granada y también porque se parecen mucho el uno al otro”. El seis de agosto de 1538 fundó la ciudad de Santa Fe de Bogotá, actual capital de Colombia, nombre que también recuerda a nuestra tierra. Aquí encontró oro y esmeraldas, con los que la expedición resultó rentable a pesar de las numerosas vidas perdidas. Pero las cosas se torcieron en 1539, cuando dos expediciones procedentes de Quito, en Ecuador, y Coro, en Venezuela, llegaron también a Bogotá, haciendo peligrar sus derechos de conquista.

Retrato del conquistador, Alcaldía de Bogotá
Parte para España en el mes de julio con el fin de reclamar los honores, títulos nobiliarios y rentas que creía merecer, similares a las de Cortés o Pizarro. Pero aquí tendrá que resolver numerosos pleitos. Además, las “Leyes Nuevas” de 1542 supusieron el fin de los privilegios de los conquistadores. Doce años pasarán antes de volver a las Indias con tan solo el título de Mariscal. El resto de su vida lo dedicará a la escritura de libros de historia y una obsesión, El Dorado. En 1570, organiza una expedición en busca del mito que resultó un fracaso rotundo. Pero ello no le quitó la idea de la cabeza, hasta el último día de su vida no cejó en seguir buscando la gloria de los conquistadores del siglo XVI. Finalmente Granada le otorgó una calle situada en el barrio del Zaidín junto al paseo del Violón, por lo que suponemos que no sería en vida de Valladar.

Para saber más: a parte de las numerosas biografías que podemos encontrar en Internet, recomendamos el libro “Ximénez de Quesada, el caballero de El Dorado” de Manuel Lucena Salmoral, que nos ha servido de bibliografía. 


Sabana de Bogotá. Fuente: Wikipedia

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