En la gran explanada que hay entre el Palacio de Congresos y el rio Genil se halla una pequeña ermita dedicada a los santos Fabián y Sebastián que en su tiempo fue morabito o rábida árabe, este que nos ocupa es el único que se conserva en toda España. Los morabitos solían ser de pequeñas proporciones y situados en zonas despobladas (aunque también podían existir dentro de las urbes) donde habitaban musulmanes de gran religiosidad cuya función era la oración y a la meditación similar a los ermitaños cristianos. Aquí, junto a la ermita, el último sultán de la Granada musulmana entregó las llaves al rey Don Fernando una mañana de lunes día 2 de Enero de 1492, entonándose inmediatamente en acción de gracias un Tedeum. La suerte de este edificio no fue la misma de tantos otros que fueron abandonados, ya que fue consagrada como capilla cristiana hasta el día de hoy.
El exterior del edificio es de gran sencillez sobresaliendo la puerta de acceso al interior con arco de herradura con una hornacina encima. Sobre la cubierta una graciosa espadaña donde se cobija una campana remata el conjunto. El interior de planta casi cuadrada se cubre con una bóveda tabicada o cordobesa, este tipo de origen español, la cual se apoya en cuatro trompas que transforman el cuadrado de la planta en un octógono. Un friso alrededor de todo el arranque de la bóveda nos recuerda el año de 1615 donde la cofradía de San Sebastián acometió una restauración de pequeño templo. Se cree que toda la cúpula pudo estar decorada con pinturas mudéjares pero se perdió en una de las últimas restauraciones que se hicieron sobre la bóveda que presentaba un muy mal estado. El entorno actual de bloque impide una buena visión del edificio haciendo que casi pase desapercibido al viandante además de por estar unos metros más abajo del nivel de la plaza. Durante los cultos que aún hoy se siguen celebrando cada mañana domingo y festivos se puede visitar este único ejemplar de oratorio musulmán.
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