viernes, 27 de septiembre de 2013

La Casa de la Virgen (IV). El púlpito de jaspes


En años anteriores, desde que en 2010 se celebraran los 400 años de la erección como parroquia de la iglesia de las Angustias, hemos dedicado una serie de entradas (I, II y III) a conocer mejor el templo que alberga a la Patrona de Granada en estas fechas en las que se celebran sus fiestas. Continuamos con esta serie monográfica fijándonos ahora en la decoración interior del templo, para ello dirigimos nuestra mirada en primer lugar hacia el púlpito de similares características que el retablo y camarín ya vistos.

 
Perseverando en la idea de la antigua hermandad de los hortelanos de realizar un templo que “hasta el día de hoy no se habrá visto en ninguno de los santuarios de estos contornos”, se comenzó a labrar a la par que el retablo mayor el púlpito empleando para ello en sus elementos inferiores, pie y caja, la piedra caliza roja de la subbética taraceada con mármol blanco de la sierra de Filabres o de Macael y piedra negra procedente de Sierra Nevada. Por la similitud de trazas y fecha de ejecución, una cartela en el propio púlpito refiere que fue donado por D. Juan Jacinto Palomo en 1738, se ha considerado como obra del mismo autor del retablo, Marcos Fernández Ralla. En la parte inferior, su pie se presenta profusamente labrado en piedra roja con incrustaciones en blanco y negro. Sobre este se sitúa el cuerpo principal en forma de caja hexagonal  con la misma combinación de materiales a los que se añade el alabastro en algunos detalles. En el aparecen, en cuatro de sus vértices, sendas capillas en las que figuran las imágenes de los evangelistas talladas en alabastro mientras que en los lados del hexágono  aparecen cuatro medallones de los que dos representan el símbolo de la Virgen, el corazón, y los otros dos son motivos vegetales. Se accede al púlpito por unas escaleras con barandilla o antepecho también tallado en la misma piedra cordobesa.

 
Sobre la caja se alzan el respaldo, en el que aparece un crucifijo, y el tornavoz tallados en madera y dorados para aligerar su peso. Hubiera sido imposible que resistieran de haber sido labrados en piedra. Presenta el tornavoz la misma forma que la caja, apareciendo volado en cinco de sus seis lados. Lo componen una moldura en todo su perímetro con caídas a imitación de telas, sobre este aparecen cuatro arbotantes con formas vegetales que se unen en la parte superior rematada por un angelote. Este púlpito vino a sustituir a otro anterior que fue vendido a la parroquia de San Ildefonso según consta en los archivos de la curia granadina.
 
 
Para saber más: recomendamos el libro “Nuestra Señora de las Angustias y su Hermandad en la época moderna” de los Profesores Miguel Luis y Juan Jesús López-Guadalupe Muñoz, que nos ha servido para la realización de esta entrada.

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