jueves, 3 de junio de 2010

Granada en Corpus (y II). La procesión histórica del Corpus Christi.



Siguiendo con la serie dedicada a las fiestas del Corpus granadino, analizaremos ahora como se desarrollaba el acto principal de las mismas en pasados siglos, la procesión del jueves de Corpus. Nos dice el desaparecido cronista de Granada, Juan Bustos, que “en los primeros tiempos de la Granada cristiana, mientras la Catedral había estado en la antigua Mezquita de los Emires y en el edificio que luego pasó a ser convento de San Francisco (hoy sede del MADOC), la procesión del Corpus se celebraba en el interior de la Alhambra, alrededor de los palacios reales, por el Secano y la plaza de los Aljibes”. Debió partir esta procesión de la iglesia de Santa María de la Encarnación de la Alhambra que según Henríquez de Jorquera también había servido como Catedral.


La profesora Bertos Herrera, que ya citamos con anterioridad, nos da cuenta de una Consueta de ceremonias de la Catedral del siglo XVI en la que se establecía el orden de la procesión. Según esta, “iba el Santísimo en unas andas llevadas a hombros por cuatro sacerdotes de los doce que iban, con ricas casullas, turnándose estos de trecho en trecho. Todo debía estar preparado en la plaza frente a la casa arzobispal y allí se hacía un altar para colocar el Sacramento. Acto seguido, todos los oficios (gremios) pasaban ante el altar y empezaba la procesión.” Las Ordenanzas de la ciudad establecían que “todos los señores de Granada, priostes, cofrades y mayordomos de las cofradías estuviesen presentes a las cinco de la mañana con pendones y cera para participar”. El cortejo estaba pues formado por beneficiados, curas, parroquias, personalidades, cofradías y gremios delante de las andas con la custodia. Tras esta se situaban órganos “portátiles”, cantores y trompetas. Precediendo al cortejo se situaba el “Paseo de la Ciudad”, formado por la Tarasca, gigantes y diablillos, los carros con las representaciones de los autos sacramentales y los Caballeros Veinticuatro, Jurados y el Corregidor. Al parecer la ubicación de los carros debió variarse ya que con sus paradas afectaban al discurrir del cortejo religioso, colocándose tras este. El recorrido de la procesión se desarrollaba por las entonces principales calles de la ciudad, Bib-Rambla, Zacatín, Plaza Nueva, Hospitalicos, Elvira y la calle de la Cárcel. Las Ordenanzas también mandaban a los vecinos encargarse de la limpieza de las calles así como de adornar sus casas en este recorrido que se alfombraba con juncia traída de las alquerías de la vega, “de Huetor, Cájar, Monachil, la Zubia y Ogíjares diez cargas de juncia cada uno. De Alhendín, Gabia y Churriana quince cargas. De Purchil, Belicena, Cullar y Ambroz diez. De Alfacar, Pulianas y Víznar diez cargas.” En el recorrido se levantaban suntuosos altares de entre los que destacaba el de Bib-Rambla como ya vimos el año pasado.


Así discurriría la procesión en los siglos XVI y XVII con pocas alteraciones, perdiéndose posteriormente esta configuración con el devenir de los tiempos y las convulsiones políticas y religiosas. Será en la década de los 80 del pasado siglo cuando se recupere buena parte de este ceremonial gracias al empeño del entonces concejal de cultura José Miguel Castillo, acérrimo defensor de rescatar todo aquello que de histórico existía en nuestra ciudad que no es poco, que consiguiera poner en la calle toda la parafernalia que hoy en día compone los tres cortejos cívicos de nuestra ciudad (la Toma, el Descubrimiento de América y el Corpus). Quizás el elemento más sobresaliente en aquellos años fuera la suntuosa carroza eucarística barroca fechada en 1765 que hoy podemos admirar en la Parroquia de San Ildefonso, aunque se perdería posteriormente por razones de conservación. También se recuperaron los Seises de la Catedral aunque la falta de apoyo de la autoridad religiosa haría que volvieran a desaparecer tras una década. Por otra parte, dentro del programa de actos del Ayuntamiento, se interpretan en los últimos años autos sacramentales en el Corral del Carbón, de cuya recuperación nos congratulamos. Aun así creemos que el Ayuntamiento debe seguir en la línea de la recuperación histórica para hacer más atractiva esta celebración que en otras ciudades más avispadas tiene carácter de Interés Turístico Internacional con los consiguientes beneficios que ello supone.

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