Como epílogo a esta semana dedicada a la fiesta grande de Granada donde hemos visto varias cuestiones históricas entorno a las fiestas en honor al Santísimo Sacramento, dirigimos ahora la mirada a la provincia para conocer el origen de una singular tradición. Nos referimos a los trabuqueros o mosqueteros de la lecrinense población de Beznar quienes celebran sus ritos y honras al Santísimo Sacramento y al patrón de la localidad, San Antonio Abad, durante los primeros días de septiembre. Hasta el siglo XVI hay que remontarse para dar con la peculiar circunstancia que motivó la creación de una hermandad de mosqueteros para la honra y custodia del Sacramento Eucarístico.
La situación de los moriscos de Granada durante el reinado de Felipe II sufriría una radical transformación. Las autoridades granadinas editan en 1560 una serie de rigurosas medidas, llamados capítulos prohibitivos, hacia las diferentes costumbres que los moriscos habían heredado de la Granada musulmana. Estos hechos hace que la mayor parte de la población morisca de la ciudad se marche hacia la abrupta Sierra Nevada para poder prepararse y dirigir desde aquí las diferentes rebeliones contra la población cristiana que ocurrirían en años venideros. Uno de estos enfrentamientos es el hecho que nos ocupa efectuada por una fracción de la partida de Ibrahim Agad con los monfíes de Nigüelas, moriscos refugiados en la sierra dedicados al bandolerismo y que practicaban libremente sus ritos de fé, y la cual tenía avanzadillas sobre Mondújar, Lanjarón y Béznar.
En una noche, aproximadamente hacía 1566, el Beneficiado de Beznar marchaba llevando el viático a un enfermo cuando fueron sorprendidos por los monfíes quienes atacaron a la comitiva muriendo el sacristán y un labrador, y resultando herido el propio Beneficiado y otros dos labradores, además se llevaron prisionera a la doncella del labrador muerto y robaron el Santísimo que portaba el Beneficiado en el portaviático. Ante lo sucedido, la indignada población cristiana de Beznar quiso seguir al sequito monfíe siendo persuadidos por las autoridades de su apresurada marcha. Entre la confusión apareció D. Martín Alonso de Frías, alférez de los Tercios de Flandes quien propuso crear una Hermandad de carácter semi-militar cuya principal misión era recuperar el Santísimo que había sido robado. Para ello se dirigieron al Capitán General de Granada el Marques de Mondéjar, D. Luis Hurtado de Mendonza quien les concedió 25 mosquetes y arcabuces, armas blancas y munición.
Organizada la hermandad, el primer objetivo fue la localización del campamento monfíe, tarea llevada a cabo por uno de los corredores quien dejándose apresar fue conducido al refugio de estos situado en la parte izquierda del barranco de Tablate entre dos pequeñas lagunas. Tras hablar con la doncella, llamada María de la Trinidad (actualmente la devoción a la Santísima Trinidad está bastante extendida en la población contando con una ermita y dos capillas públicas), escapó de la cueva donde estaban encerrados los cautivos cristianos para informar a la hermandad de la situación del campamento y de que el Santísimo había sido recuperado por la doncella. Tras esto, D. Martín Alonso partió hacia la cueva monfíe con 30 mosqueteros y 11 corredores para atacar por sorpresa en la oscuridad de la noche. Después de una dura lucha donde los monfiés salieron derrotados, se liberó a nueve de los veintitrés prisioneros cristianos entre lo que se encontraba María de la Trinidad, que aunque herida, logró llegar hasta el lugar donde se encontraba el Sacramento mostrándolo a los mosqueteros gritando: ¡Aquí esta nuestro Dios! ¡Aquí está el Señor! cayendo estos de rodillas y dando gracias por la victoria. El Santísimo fue conducido hasta Beznar por la doncella, quien lo entregó al Párroco mientras los mosqueteros realizaban las primeras descargas de pólvora en honor al Santísimo.
En recompensa a la victoria fueron obsequiados con coronas de flores y cintas de colores que penden de sus espaldas, dando origen al atuendo típico que lucen en la actualidad. Conocido el hecho por D. Juan de Austria constituyó la Hermandad del Santísimo Sacramento de Beznar en 1571, además de concederles una pensión vitalicia y el privilegio de escoltar a la Sagrada Forma en sus salidas procesionales, custodiando permanentemente dos de ellos el sagrario.
En la actualidad, estos privilegios perduran durante las fiestas patronales en las que escoltan al Santísimo durante las misas de los días 8 y 9 de septiembre, desfilan con sus vistosos trajes por las calles de la localidad y reciben la salida del patrón con una descarga de mosquetes. Acto seguido dos de ellos, el teniente abanderado y el sargento pica, rinde armas a San Antón arrodillándose y postrando pica y bandera ante él. Tras esto una nueva salva indica el comienzo de la procesión recorriendo las calles de Béznar y los Peloteos. En tiempos recientes estos mosqueteros han desfilado también por las calles de la capital, en concreto en 2008, acompañando la procesión del Corpus Christi y causando el revuelo de los granadinos con sus ensordecedoras salvas en honor al Santísimo. A parte del sentido festivo, cultural y religioso que tiene hoy esta fiesta, los mosqueteros de Béznar son sin duda un claro ejemplo para comprender nuestra historia a través de las distintas costumbres que habitan en nuestros pueblos.
Hola,
ResponderEliminarTengo un par de fotografías de los mosqueteros de Beznar de 1905!!!, entre una colección de fotos antiguas.
Ya que, según creo, los mosqueteros (y mosquetes) se transmiten de padres a hijos, es posible que alguien pueda reconocer a algún antepasado suyo. Las fotos son muy interesantes.
Un cordial saludo
Gustavo Sánchez
Hola Gustavo, en primer lugar darte las gracias por visitar nuestro espacio. Sería interesante tener una visión de esta fiesta en la fecha que nos indicas, además de que como dices el que también pueda tener un valor sentimental para alguna familia del pueblo de Béznar. Si lo deseas, haznos llegar una copia para publicarla en el blog.
ResponderEliminarUn saludo amigo.