Nace en 1783 en Nueva York, último de una acomodada familia de once hermanos. Pese a estudiar Derecho, siempre manifestó interés por la literatura dentro de la cual se vio influido por la corriente del Romanticismo como queda patente en su obra. El hecho de haber nacido escasamente diez años después de la declaración de independencia americana, convierten a Washington Irving en uno de los primeros escritores de este país así como en uno de los más renombrados. Su obra es variada, desde historias de terror como “La Leyenda de Sleepy Hollow”, llevada al cine por Tim Burton, hasta biografías de personajes históricos tan importantes como George Washington o Mahoma. A modo de curiosidad comentar que fue el padre del sobrenombre “Gotham” de la ciudad de Nueva York, famoso por la saga Batman, que aparece en el periódico “Salmagundi”. Pero será como historiador donde más relación con España tenga. Aunque sus textos nunca aparecerán en los libros de historia, si rebosan de la frescura y pasión de la leyenda mezclados hasta confundirse con los hechos verídicos.
La predilección que siente por España y sobre todo por su historia y su literatura es algo que no esconde Irving, afirmando que “desde que en mi lejana infancia recorrí por primera vez las páginas de la vieja y caballeresca historia apócrifa de Ginés Pérez de Hita sobre las guerras civiles de Granada y las luchas de sus valientes caballeros Zegríes y Abencerrajes, fue siempre esta ciudad objeto que despertó mis sueños”. En esta frase destaca a Granada como lugar de su interés. Sus escritos sobre la “Vida de Cristóbal Colón”, las “Crónicas Moriscas” o las de “la Conquista de Granada” dan testimonio de esta fascinación y nos revelan su faceta como hispanista. Sus conocimientos de nuestro país motivaron que fuera enviado a España para investigar sobre el descubrimiento de América por medio de la embajada estadounidense. En esta delegación ocupo diferentes cargos a partir de 1826, siendo nombrado embajador en Madrid en 1842.
Este largo periodo de estancia en nuestro país le permitió realizar diversos viajes por su geografía en los que pudo profundizar en la historia de los antiguos reinos castellanos. Su especial interés por la faceta musulmana de esta lo atrajo hacia el sur y junto a otras ciudades como Sevilla o Córdoba a la nuestra. Llega a Granada por primera vez en 1828 para pasar unos días, un año después regresará para pasar una larga temporada en la que se alojará en la misma Alhambra y que dará origen a sus célebres cuentos. Durante este tiempo investigará sobre el pasado de la ciudad en la biblioteca de la Universidad, pero también se mezclará con el pueblo para conocer las tradiciones locales que chocan sobremanera en la forma de ver las cosas de un cosmopolita del siglo XIX. Será también importante en su obra la relación con los “hijos de la Alhambra”, sus convecinos, de los que recoge las leyendas que luego narrará en la obra que inicialmente se llamó “La Alhambra: una seria de cuentos y leyendas de moros y españoles”, publicada por primera vez en ingles en 1832. Sus obligaciones diplomáticas interrumpen la estancia de Irving en la fortaleza roja, pero ello no impedirá que mantenga el contacto con Granada hasta su regreso a Norteamérica. En sucesivas entradas haremos un recorrido por la obra de Irving relacionada con Granada, especialmente en los cuentos de este ilustre visitante de nuestra ciudad.
Recomendado: Exposición “Washington Irving y la Alhambra. 150 Aniversario”, en la capilla y cripta del Palacio de Carlos V hasta el 28 de Febrero de 2010.
La predilección que siente por España y sobre todo por su historia y su literatura es algo que no esconde Irving, afirmando que “desde que en mi lejana infancia recorrí por primera vez las páginas de la vieja y caballeresca historia apócrifa de Ginés Pérez de Hita sobre las guerras civiles de Granada y las luchas de sus valientes caballeros Zegríes y Abencerrajes, fue siempre esta ciudad objeto que despertó mis sueños”. En esta frase destaca a Granada como lugar de su interés. Sus escritos sobre la “Vida de Cristóbal Colón”, las “Crónicas Moriscas” o las de “la Conquista de Granada” dan testimonio de esta fascinación y nos revelan su faceta como hispanista. Sus conocimientos de nuestro país motivaron que fuera enviado a España para investigar sobre el descubrimiento de América por medio de la embajada estadounidense. En esta delegación ocupo diferentes cargos a partir de 1826, siendo nombrado embajador en Madrid en 1842.
Este largo periodo de estancia en nuestro país le permitió realizar diversos viajes por su geografía en los que pudo profundizar en la historia de los antiguos reinos castellanos. Su especial interés por la faceta musulmana de esta lo atrajo hacia el sur y junto a otras ciudades como Sevilla o Córdoba a la nuestra. Llega a Granada por primera vez en 1828 para pasar unos días, un año después regresará para pasar una larga temporada en la que se alojará en la misma Alhambra y que dará origen a sus célebres cuentos. Durante este tiempo investigará sobre el pasado de la ciudad en la biblioteca de la Universidad, pero también se mezclará con el pueblo para conocer las tradiciones locales que chocan sobremanera en la forma de ver las cosas de un cosmopolita del siglo XIX. Será también importante en su obra la relación con los “hijos de la Alhambra”, sus convecinos, de los que recoge las leyendas que luego narrará en la obra que inicialmente se llamó “La Alhambra: una seria de cuentos y leyendas de moros y españoles”, publicada por primera vez en ingles en 1832. Sus obligaciones diplomáticas interrumpen la estancia de Irving en la fortaleza roja, pero ello no impedirá que mantenga el contacto con Granada hasta su regreso a Norteamérica. En sucesivas entradas haremos un recorrido por la obra de Irving relacionada con Granada, especialmente en los cuentos de este ilustre visitante de nuestra ciudad.
Recomendado: Exposición “Washington Irving y la Alhambra. 150 Aniversario”, en la capilla y cripta del Palacio de Carlos V hasta el 28 de Febrero de 2010.
No hay comentarios:
Publicar un comentario