“Granada grande en fortaleza, muros y puertas, grande por lo grande de su poderoso y poblado reino; grande por haber sido ciudad real y fundación de reyes; grande por haber padecido en ella nuestro patrón San Cecilio… Grande por haber sido municipio romano, amiga y confederada, grande por haber sido corte y silla real de tantos reyes moros, compitiendo tantos años con los príncipes cristianos de España. Grande por su grande y espaciosa vega, sus muchos ríos, fuentes y jardines. Grande por haberla conquistado los catolicísimos Reyes Católicos… y grande por la mucha estimación que de ella hicieron, poniéndosela por joyel en el pecho de sus reales escudos, y asimismo por haberse mandado sepultar en ella, fundando su Real Capilla. Grande por su grande y metropolitana iglesia… Grande por haberse celebrado en ella el primer concilio de España, nombrado el Iliberitano, y grande por sus grandes e ilustrísimos tribunales… Grande por los grandes ingenios en todas facultades, de grande Universidad, fabrica del grande César máximo Carlos V; grande por la grande nobleza, esfuerzo y valentía de su grandes conquistadores… Grande por ser el grande paraíso de España, grande recreación para alivio de vivientes hijos, y finalmente grande por la grande devoción, celo piadoso que toda esta ínclita ciudad tiene al grande e inefable misterio de la Concepción Santísima…”
Henríquez de Jorquera, Siglo XVII
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