domingo, 7 de junio de 2009

Granada en Corpus



Si hay una fiesta en nuestra ciudad que despunte sobre todas las demás esa es sin duda la del Corpus Christi, remontandose esta a los primeros años tras la toma de la ciudad. Al de sobra conocido mandato de los Reyes Católicos, "la fiesta ha de ser tal y tan grande la alegría y contentamiento que parezcais locos", se suma la voluntad de las autoridades religiosas de integrar a la población morisca para lo que se eligió esta celebración carente de representación iconográfica. El transcurso de los siglos hizo que la fiesta se engrandeciera adquiriendo gran solemnidad y suntuosidad con el Barroco, la ciudad se transforma por unos días, el exorno de las casas, las danzas, los autos sacramentales, el montaje de los altares y arcos de triunfo centraban la vida pública.

Hoy como ayer, con sus aciertos y sus errores, se sigue celebrando con idéntica importancia esta fiesta que tiene por cartel anunciador este año una obra del pintor costumbrista granadino Isidoro Marín, nacido en 1863. La pintura, siguiendo la tendencia realista de Fortuny tan presente en su obra, representa la procesión del Viático de la albayzinera iglesia de San Bartolomé. Escena costumbrista esta que queda perfectamente reflejada en la pintura en la que podemos observar las calles adornadas con colchas y las mujeres ataviadas con mantones mientras al fondo aparece el cortejo religioso. Costumbre casi perdida la de estas procesiones de impedidos, que atravesando el laberinto de calles del viejo barrio árabe debió de revestirse de gran belleza y solemnidad a pesar, o quizas debido a ello, de la sencillez de sus gentes.

Pero aún con el paso del tiempo, el cambio de las costumbres y el abandono del barrio este rincón del Albayzin ha variado poco en su aspecto, más bien parecería que el reloj se ha detenido. Pasear hoy por la calle San Bartolomé o las callejuelas adyacentes es transportarse a épocas pretéritas, la plaza frente a la puerta del templo y su aljibe conservan todo el encanto de esta otrora populosa feligresía. La pérdida de habitantes del barrio hizo que esta iglesia fuera cerrada al culto lo que deparó el abandono de un precioso edificio claro exponente del mudejar granadino que hoy, como tanto otros, duerme en el olvido de la ciudad. Sirve el cartel de Corpus 2009 para mostrar a propios y extraños tradiciones y lugares típicamente granadinos que fueron en otros tiempos seña de identidad de un pueblo.

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