Sin
duda uno de los actos más lucidos, si no el que más, del día de la Ciudad de
Granada es la tremolación del Estandarte Real ante la tumba de los soberanos
que “por fuerza de armas”, como dicen
sus cronistas, la tomaran en 1492. Pese a que sus detractores consideran esta
conmemoración como anacrónica y no dudan en tildarla de preconstitucional, el “ceremonial que la muy noble, muy leal,
nombrada, grande, celebérrima y heroica ciudad de Granada ha de observar y
guardar en la tradicional y solemne función publica que conmemoran su toma por
sus majestades los Reyes Católicos, el día dos de enero” fue revisado y adaptado
en la década de los 80 del siglo XX al
régimen democrático y a la Constitución española de 1978 por el entonces
concejal de cultura José Miguel Castillo Higueras, siendo alcalde de Granada
Antonio Jara Andreu.
Este
acto, como “representación escenográfica”
de un “acontecimiento histórico”,
consta de un cuidado ceremonial que pone en la calle cinco siglos de historia
de nuestra ciudad representados en las figuras vestidas de época y en los
atributos que portan, tan importantes como las primeras Constituciones del
Ayuntamiento, las Jarras de Caballeros Veinticuatro o la urna funeraria de
Mariana Pineda entre otros. Pero centrándonos en lo que sucede bajo las bóvedas
góticas de la Real Capilla de los Santos Juanes, debemos decir que una vez
llegada la comitiva cívica de las autoridades que acompaña al pendón de
Castilla a sus puertas es recibida por los capellanes real con que fue dotada “a perpetuidad” por los soberanos mediante
carta fundacional en 1504, así como por
el Arzobispo y Cabildo catedralicio. Estos hacen entrega a la autoridad
correspondiente, se turnan en esta labor el Alcalde de Granada, el Subdelegado
del Gobierno y el Teniente General Jefe del Madoc, de la espada original del Rey Fernando que se
debe portar prendida por la hoja sujeta por un velo con la empuñadura hacia
arriba. Igualmente se porta por una autoridad religiosa la corona de la Reina Isabel.
Con ambos objetos y el Estandarte Real marcha la comitiva hasta el interior de
la Catedral donde se oficia la misa de Te Deum. Tras esta se vuelve a formar el
cortejo que se traslada ante la tumba de los Reyes Católicos para proceder a la
tremolación.
Al
Aula Regia solamente acceden autoridades, permaneciendo el público asistente en
la pequeña nave del recinto tras la fastuosa reja, ejecutada en el siglo XVI
por un desconocido maestro llamado Bartolomé, que separa ambos espacios. Situándose
a la derecha del altar mayor los capellanes reales y a su izquierda el Cabildo
municipal. Entre el altar y el sepulcro regio se sitúa el concejal de mayor
edad que por turno le corresponda portar el estandarte escoltado por la Policía
Municipal en traje de gala, realizando sendas genuflexiones ante el altar mayor
y el sepulcro real inclinando el
estandarte y saludando a ambos cabildos con una inclinación de cabeza. A
continuación tremola el pendón tres veces ante el altar y dos ante el sepulcro
de los Reyes mientras se interpreta el Himno Nacional, cada tremolación va
precedida de los mencionados saludos. Concluye el acto con la ofrenda de una corona
de laurel y un ramo de flores adornado con las banderas de España, Andalucía y
Granada en el interior del sepulcro, tras lo cual la corporación municipal
parte de nuevo en dirección al Ayuntamiento para realizar el deslucido acto en
el balcón principal.
Para saber más: sobre la espada y la corona de los Reyes
Católicos así como otros objetos donados por estos que se custodian en la
Capilla Real recomendamos su página web.
Como Curiosidad: Enlazamos un video alojado en la plataforma
YouTube, que recoge la ceremonia completa de tremolación del Estandarte Real,
en este caso en la jornada del 12 de octubre, en la que se observa un protocolo
idéntico al del día de hoy (VER).
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