“Después de setecientos años de dominación
musulmana, dimos ambas (la Fe y la Justicia) estos pueblos a los Reyes
Católicos: encerramos en este templo sus cuerpos y llevamos a los cielos sus
almas, porque obraron con justicia y fe. Dimos por primer prelado a Fernando,
modelo de sabiduría, costumbres y vida honesta”
Esta
es la inscripción que se sitúa sobre el arco de medio punto de la Puerta del
Perdón de la Catedral de Granada. Aparece en una cartela que sujetan las
figuras alegóricas de la Fe y la Justicia situadas en las enjutas de dicho
arco. Aquí las artes, en este caso la arquitectura y la escultura, sirven para
transmitir un mensaje similar al del Oficio de la Toma de Granada de fray Hernando de Talavera, que ya vimos. Esta portada nos muestra en concreto
los valores que motivaron a los Reyes Católicos para emprender la reconquista
del reino granadino, incidiendo de nuevo en la idea de la intervención directa
de Dios en el éxito de esta campaña.
Que
este “mensaje” aparezca aquí y no en otro sitio tampoco es casual. Cuando Diego
de Siloé traza las líneas que, una vez desechado el proyecto gótico de Enrique
Egas, darán forma definitivamente a la Seo granadina, la Capilla Real ya está
terminada y contiene los cuerpos de Isabel y Fernando. El acceso principal de
esta quedó oculto en el interior de la nueva catedral que se construyó adosada.
Siguiendo los ideales del Renacimiento, Siloé concibió una puerta que emula los
arcos de triunfo romanos, situándola en línea recta con la de la Real Capilla.
Servía por tanto, aparte de cómo acceso al recinto sagrado, como monumento en
honor de los soberanos españoles. Tras la puerta se abría una “avenida”, la nave del crucero
catedralicio, que llevaba directamente
hasta el lugar donde descansan eternamente los Reyes Católicos. Pero no
solo Isabel y Fernando eran exaltados, también lo era el Emperador Carlos cuya
intención fue convertir la catedral granadina en su panteón, razón por la que
veremos que a ambos lados de la portada aparecen los escudos de abuelos y nieto.
Para que quien traspasara esta puerta recordara desde un principio la hazaña de
aquellos soberanos, el maestro burgalés esculpió en la característica piedra de
Santa Pudia proveniente de la localidad de Escúzar estas figuras femeninas que
portan los atributos característicos de la fe, el cáliz, y de la justicia, la
espada. Hoy en día aun nos hablan de nuestra propia historia cada vez que
pasamos ante ellas por la vieja calle de la Cárcel.
Hace referencia en último lugar la inscripción
que corona el arco a “Fernado”, Hernando de Talavera, como primer arzobispo de
la ciudad. Que su nombre aparezca unido al de los Reyes Católicos nos da idea
del peso que esta figura tuvo en la corte de los primeros Reyes de España, sobre
todo ante la reina Isabel de cuyo favor gozó hasta el fin de sus días, y en los
primeros años de la Granada recristianizada.
Para saber más: recomendamos
la magna obra titulada “El libro de la Catedral de Granada” de Lázaro
Gila Medina, quizás el más completo de todos los estudios que se han realizado
sobre el conjunto catedralicio granadino.
Hemos descubierto este blog a través de Por las calles de Granada, y nos encanta, así que también lo seguimos. Saludos :))
ResponderEliminar