domingo, 18 de julio de 2010

La Ermita del Cristo de la Yedra

           
                           Calle Real de Cartuja con la ermita del Cristo de la 
                               Yedra, fotografia de principios del Siglo XX.


Volvemos a echar la mirada atrás para rescatar del olvido un espacio perdido de nuestra ciudad. Nos referimos a la ermita del Santo Cristo de la Yedra la cual se emplazaba sobre el pequeño y triste jardincillo que hoy ocupa la confluencia de la calle Real con el comienzo de la carretera de Murcia, frente al colegio que adopta el mismo nombre. El origen de la ermita se remonta al año 1708 cuando los vecinos  del barrio, situado en el límite de la ciudad, atribuyeron propiedades milagrosas a una cruz de madera que allí se ubicaba. Decidieron construir una pequeña ermita para celebrar misa no sin antes tener un pequeño conflicto con la vecina parroquia de San Ildefonso la cual se oponía a la construcción del edificio.

Aunque de pequeñas dimensiones tuvo que ser muy preciosa la ermita. La formaba una planta rectangular con un camarín sobresaliendo en la cabecera. Su construcción y el estilo de su decoración hay que imaginarlo situándose en el dieciochesco  granadino, construido en ladrillo y decorada con yeserias talladas propias del barroco. Desapareció esta primera capilla en 1811 a consecuencia de una tempestad. Los vecinos volvieron a levantar una nueva ermita en 1818, de mayores dimensiones pero más humilde en su decoración. Su fachada era de estilo neoclásico compuesto por cuatro pilastras enmarcando a sus lados dos ventanas y en el centro una austera portada sobre la que se situaba una ventana que iluminaba el interior. Las pilastras sustentaban una cornisa con un frontón muy al estilo neoclásico como apuntábamos. Una importante espadaña flanqueada por dos pilastrillas toscanas remataba el conjunto. Mucho más austero era el interior, el cual presentaba sencillas bóvedas de cañón.

                    

Con esta configuración pasaría el devenir de los años hasta que en 1933 con las insurrecciones anarquistas sufriera un primer intento de destrucción al intentar unos desconocidos prenderle fuego. Pocos daños ocasionó este conato aunque sería una circunstancia natural lo que iniciará el principio del fin de este monumento. Un terremoto acontecido en la ciudad en 1957 dejó a la ermita muy afectada además de hundir todas las dependencias anejas. A partir de este suceso el deterioro de la ermita se irá agravando sin que nadie haga nada por su restauración. Paradójicamente el mismo día, el 4 de mayo de 1962, que la Comisión de monumentos de Granada presentaba un informe destacando el valor que tiene la ermita dentro  del modesto barrio comenzó las tareas de demolición del edificio. La polémica que levantó este suceso apuntaba en un principio al ayuntamiento granadino quién autorizó la operación. Aunque sería la Parroquia de San Ildefonso  quién inicio los trámites de este desastre al vender la ermita al Ministerio de Obras Públicas el cual quería mejorar la intersección de la carretera Jerez-Cartagena por lo que no tuvo ningún inconveniente en demoler el oratorio.  Poco años después se construiriá al otro lado de la carretera un centro educativo para los niños del barrio que recogería el nombre de la desaparecida ermita. Como se aprecia en la fotografía actual, el terreno ajardinado no suple lo que antes ahí se asentaba siendo otra demolición en vano de muchos de nuestros monumentos. 


3 comentarios:

  1. Interesante documento que nos muestra lo mucho que ha cambiado Granada.

    Saludos

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  2. Juan Díaz Casares21 de junio de 2013, 15:29

    A través de Google, encuentro la foto de la Ermita del Santo Cristo de la Yedra, de este blog, y no podéis imaginaros, la emoción y la nostalgia que me trae, por los recuerdos que guardo de mi corta niñez vivida en Granada donde nací en 1946, del barrio y de la ermita de la que fui monaguillo entre los siete y nueve años, que es la edad en la que mis padres emigraron a Barcelona, donde vivo desde que tenia los nueve, hoy tengo cumplidos ya los sesenta y seis y guardo los recuerdos de aquellos años aun muy presentes.
    Me acuerdo de la sencillez del interior de la Ermita, de las mañanas de misa a las ocho, que ayudaba al padre Simonet S.J. que bajaba de la Facultad de Teología de Cartuja, del año del terremoto que produjo, en las réplicas de la noche,las muertes de unas muchachas en la calle Real, de las grietas que se produjeron en la Ermita y del traslado del Cristo y de todo lo útil, para continuar el culto, además de la campana, a una casa de la calle Del Agua. También, al quedar inclinada a punto de caer. se hubo de tirar a tierra, la cruz piedra que coronaba el alto de la fachada, que al caer, quedó destrozada.
    Mis abuelos maternos eran de la calle Real, donde nació mi madre, después se fueron a vivir a la Placeta Gracia.
    Muchas gracias desde Barcelona, por esta publicación, que tantos bellos recuerdos de niñez me trae.
    Juan Díaz Casares. jdcasares46@gmail.com

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  3. Muchas gracias por compartir con nosotros sus recuerdos Juan, me parecen interesantísimos. Si la información que aparece en la entrada resulta útil para conocer esa Granada que algunos no hemos llegado a ver, el testimonio de alguien que conoció este edificio lo es mucho más. Un saludo

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