viernes, 25 de septiembre de 2009

El Patio de la Mezquita del Albayzin


Si nos encontramos paseando por las inmediaciones del archiconocido mirador de San Nicolás a última hora de la tarde nos podremos percatar de que una extraña voz con una entonación peculiar rompe con los sonidos habituales del lugar. Este vocerío es el que ha acompañado a esta ciudad durante siete siglos, es la voz del almuédano que desde el minarete de la mezquita principal de Granada llama a los fieles musulmanes a la oración y que después de mucho tiempo sin sonar vuelve a hacerlo como recuerdo de otras épocas. Y es que hasta doscientas mezquitas entre grandes edificios y oratorios llegó a contar un viajero alemán llamado J. Münzer que visitó Granada en 1494, dos años después de ser tomada, aunque solo se tiene referencia documental de una veintena de ellas y menos de restos parciales como es el caso de los dos magníficos minaretes que aún existen y que ya vimos en Dos Minaretes Históricos. En esta ocasión visitamos el único patio de mezquita que existe en Granada, el que fue de la Mezquita Mayor del Al-Bayyazin situada en pleno corazón del barrio que le da nombre y en donde hoy se levanta la Iglesia Colegial del Salvador.



La mezquita, que proviene de la palabra arábiga masyid (lugar de culto), no es para la religión islámica un edificio sagrado como ocurre con las Iglesias Católicas, lo sagrado es la dirección litúrgica o de oración que une la mezquita con "la Kaaba" de La Meca. Para realizar dicha oración los musulmanes deben realizar un rito de purificación antes de cada uno de sus rezos. Por ello las mezquitas suelen tener junto a su acceso un patio o shan que contiene la fuente de las abluciones donde los fieles puedan lavarse ritualmente la cara, la boca, la nariz, las manos, los antebrazos y los pies antes de pasar a la oración. Estos patios son cerrados y normalmente rodeado de soportales para dar sombra a los fieles que esperan a entrar en el interior. Los patios de las mezquitas de Al-Andalus suelen imitar la configuración interior del templo mediante filas de naranjos alineados y a la misma distancia que las columnas de la sala adyacente, claro ejemplo de esto son los patios de las majestuosas mezquitas de Sevilla o Córdoba.



Adosado a la fachada principal de la Iglesia del Salvador se ubica el que fue en época islámica patio de mezquita mayor del barrio albaicinero. Su acceso, y por tanto la entrada original a la mezquita, se realiza a través de un pórtico de ladrillo hoy coronado por una hornacina situada en la calle Panaderos. Tras cruzar la puerta nos encontramos con un patio de época almohade (Siglo XIII), este se conforma en tres de sus lados por pórticos o peristilos siendo el cuarto y contrario a la puerta de entrada la fachada de la iglesia. Dichos pórticos están formados por arcos apuntados en forma de herradura y construidos con ladrillo. Lo componen siete arcos sobre columnas de piedra arenisca en el lado mayor y cinco en los menores sobre columnas de ladrillo todos ellos encalados. El peristilo y la arquería son dobles en los lados más cortos, estando el pavimento del patio fabricado con típico empedrado granadino mientras que el del peristilo lo componen baldosas de barro cocido. Se cubren estas galerías con alfarjes de madera de sencilla traza. En el centro del patio se sitúa un aljibe, de gran importancia, que serviría para proporcionar el agua para realizar las abluciones.

La imagen de la fachada de la Iglesia del Salvador abrazada por los arcos de factura árabe es una muestra de gran simbolismo para la convivencia de diferentes pensamientos en una ciudad que a lo largo de su historia fue crisol de culturas.

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