sábado, 29 de noviembre de 2008

El Cristo de la Luz



En esta instantánea de finales del S. XIX perteneciente al archivo de la Comisión Provincial de Monumentos de Granada podemos apreciar la primitiva imagen del Cristo de la Luz de la albaicinera iglesia de San Luis de la que ya hablamos con anterioridad en el artículo "Cien Años de Soledad". Dicha talla fue pasto de las llamas en el incendio de este templo acaecido en el año 1933 por lo que la fotografía cobra mayor importancia al poder observar en detalle este crucificado que gozó de gran devoción en la Granada de siglos pretéritos.


Cuenta la leyenda que durante la persecución de los almohades en el siglo XII contra los cristianos hubo de ser ocultada en una mina. Ya en el siglo XVI unos obreros que trabajaban en los cimientos de la sacristía oyeron una voz que decía: “Cavad y encontrareis la luz”, descubriendo la imagen iluminada por una lámpara por lo que se advocó como de la Luz. A raíz de este suceso nació la devoción hacia el Cristo de la Luz, entre cuyos devotos estaba San Juan de Dios, fundándose una hermandad que le rindiera culto. La iconografía se asemeja a la del Cristo de Burgos tan extendida por toda la geografía española e iberoamericana, es decir, se trata de una talla de hechuras góticas con faldetín a modo de paño de pureza, corona de espinas y aureola plateadas, pelo natural superpuesto sobre el propio tallado. Se enclava en una cruz plana rematada en sus extremos por cantoneras redondeadas de la que pende un paño representativo del universo, en el cruce de los maderos aparece un resplandor. Como curiosidad, junto a las manos y los pies perforados por los clavos brotan sendas flores de pasión en metal plateado. En su honor se dedicaba anualmente un septenario pasada la Semana Santa conocidos popularmente como los “reviernes” consistente en los cultos que se celebraban los siete viernes después del Domingo de Resurrección. Desaparecida la milagrosa imagen se realiza una nueva por parte del profesor de la escuela de Artes y Oficios de Granada Enrique Martínez Olalla que actualmente recibe culto en el convento de Carmelitas Calzadas de la calle Monjas del Carmen a espaldas de la plaza de Isabel La Católica. ¿Volveremos a verla alguna vez en San Luis?

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